Duelo
El duelo es el proceso normal que se produce luego de la pérdida de una persona cercana, y es uno de los mayores retos que podemos enfrentar en nuestra vida (1). Aunque sepamos que es una parte natural de la misma, el impacto emocional y la confusión que sobrevienen pueden dar lugar a largos períodos de tristeza y de ánimo deprimido. La muerte de la pareja, un hermano o un padre puede causar un dolor especialmente profundo.
Este proceso es único e irrepetible para cada individuo y para cada pérdida. Durante el duelo se presentan variadas manifestaciones. Además de la tristeza y ánimo deprimido algunas constantes son: la pérdida de interés en el mundo exterior, la inhibición de productividad a nivel educativo o laboral y la dificultad para relacionarse con los otros afectos o desarrollar un nuevo afecto.
Aceptar la muerte de alguien cercano puede tomar desde meses hasta un año (1) Actualmente hay investigaciones que sugieren que no podría limitarse a un año el tiempo máximo esperable. Es decir, no hay una duración normal del duelo (1). La persona que esta padeciendo tampoco debería anticipar que va a pasar por fases de duelo, estas fases existen pero no es un proceso lineal, hay solapamientos y retrocesos normalmente.
Todos reaccionamos de forma diferente a la muerte y echamos mano de nuestros propios mecanismos para sobrellevar con el dolor que ésta conlleva (1). Las investigaciones indican que el paso del tiempo les permite a la mayoría de las personas recuperarse de la pérdida si puede contar con el apoyo de su entorno social y manteniendo hábitos saludables. Al llegar a la resolución del duelo es habitual que se alcance un renovado sentido de propósito y dirección en la vida.
A las personas que están pasando por el duelo podrían resultarles útiles algunas de estas estrategias para lidiar con su pérdida:
Hable sobre la muerte de su ser querido, con amigos y colegas para poder comprender qué ha sucedido y recordar a su amigo o familiar. Negarse que ocurrió la muerte lleva fácilmente al aislamiento y puede a la vez frustrar a las personas que forman su red de apoyo (1).
Acepte sus sentimientos. Después de la muerte de alguien cercano, se puede experimentar todo tipo de emociones. Es normal sentir tristeza, rabia, frustración y hasta agotamiento (1).
Cuídese a usted y a su familia. Comer bien, hacer ejercicio y descansarse le ayudará a superar cada día y a seguir adelante (1).
Ayude a otras personas que también lidian con la pérdida. Al ayudar a los demás, se sentirá mejor usted también. Compartir anécdotas sobre los difuntos puede ayudar a todos a lidiar con la pérdida (1).
Rememore y celebre la vida de su ser querido. Usted puede hacer un donativo a la entidad benéfica predilecta del difunto, enmarcar fotos de momentos felices que vivieron juntos, ponerle su nombre a un nuevo bebé o plantar un jardín en su memoria. La elección es suya (sólo usted sabe cuál es la forma más significativa de honrar esa relación única)(1).
Si se ha tenido una relación difícil con la persona fallecida, esto puede añadir otra dimensión al proceso de duelo. Podría necesitar reflexionar por algún tiempo antes de lograr mirar la relación con nuevos ojos y acostumbrarse a la pérdida (1).
La resolución del duelo se logra la mayoría de las veces sin necesidad de acudir a tratamiento. Si tomamos en cuenta que la mayoría de nosotros puede superar una pérdida y continuar con nuestras vidas, nos percatamos que por naturaleza tenemos una gran capacidad de resiliencia. Pero algunas personas lidian con el duelo por más tiempo o se les dificulta mucho llevar a cabo las actividades cotidianas. Estas personas podrían pasar por lo que se conoce como duelo complicado y les podría ser beneficioso la ayuda de un profesional de salud mental calificado como un psicólogo, o eventualmente un psiquiatra.
Esta información esta destinada al público general, para empezar a generar una cierta conciencia sobre las problemáticas que mas nos aquejan. Utilizamos fuentes confiables de información y los invitamos a explorar mas de estas fuentes: